CRÓNICA: VENDEDORES AMBULANTES
Una degustación agridulce
¨Un
almuerzo del domingo sin aguacate no es almuerzo¨, estas palabras salieron de
la boca de mi señora madre, quién ese día se despertó con el raro entusiasmo de
hacer almuerzo ,por lo general ella no es muy amante de la cocina. Cuando
dijo que quería cocinar, todos en la casa nos sorprendimos y queríamos probar su sazón, pero ella abrió la nevera y vió que no había aguacates, así que yo debía ir a comprarlos.
Bajé por el centro en busca de los aguacates, me metí por la calle 34 cerca a
la plaza central. Observé aproximadamente 3 puestos de aguacates decidí acercarme al primero, estaba cerca del semáforo y le pregunté al señor: - ¿Qué cuestan los
aguacates? él me respondió : - a 2.500 cada uno-, la verdad no estaba seguro de
comprarlos ahí, porque se veían como en mal estado, opacos, unos aguacates sin
vida. Por eso antes de que el señor me dijera que si quería la degustación, le dije
gracias y este ni se percató que yo me fui.
Seguí
bajando y estaban los siguientes dos puestos, los dos vendedores estaban hablando. Era una
mujer y el otro un hombre, ambos muy parecidos en sus rasgos físicos: peso, estatura y algunas facciones; pensé inmediatamente que a lo mejor eran
hermanos, pero ese pensamiento nunca pude corroborarlo. Me acerqué a la señora, quién fue la primera en
ofrecermé los aguacates, recuerdó que su
forma de vender no era la misma que utilizaban el resto de vendedores
ambulantes, ella me dijo: -joven, sé que lo mandaron de la casa por los
aguacaticos, por aquí se los tengo ricos y baratos, bien pueda probarlos .Después de que ella habló , yo solo pude sonreír, puesto que tenía razón, me
mandaron de la casa por los aguacates , me estaba demorando y aún no los
había comprado, por eso acepté la degustación de la amable señora. Probé los
aguacates y me parecieron muy ricos, diferentes a los del carro anterior, estos
si se veían con vida y tenían un sabor agradable.
Convencido
de comprarle los aguacates a la señora le pregunte :-¿Cuánto cuestan? y ella me
respondió :-2.700, pensé ¡más caro que el anterior vendedor!, y el dinero no me alcanzaba, porque solo me quedaban 4.000 y algunas monedas que a lo mucho daban 400 pesos y
necesitaba llevarme 2 aguacates, porque venían unas tías almorzar y con uno solo
no era suficiente. El otro vendedor se dió cuenta que a mí no me alcanzaba y en vista que la señora no me quería rebajar el precio de los aguacates; el señor de al
lado inmediatamente llegó a ofrecérmelos para que los probara y por el precio
de 2.000.Al oír esto pensé ¡a ese precio si voy a poder comprar los 2
aguacates!, los probé , a pesar de que no eran tan ricos
como los de la señora. Igual estaban buenos , de color agradable y lo más
importante a un precio muy cómodo.
Decidí comprarle los aguacates al señor, ya le iba a dar el dinero, cuando me dijo que no tenía bolsas para empacarlos, le iba decir a la señora del otro puesto, pero ella no le quisó hacer el favor; al contrario empezó a reclamarle porque le había quitado la clientela, él le respondió: el cliente me compró los aguacates a mi, porque usted los vende muy caros. Ella le contestó:- Yo le iba a bajar el precio, pero usted se metió de una vez. Inmediatamente al vendedor le dió mucha rabia, empezó a alzarle la voz y a decirle groserías a la otra vendedora. Esta desde luego no calló y le respondió también de muy mala gana , pero a ella se le notaba más exaltada, su frente estaba completamente llena de sudor, se veía muy roja , parecía que le salía cada vez que abría la boca llamaradas de fuego como a los dragones.
Yo
me quedé al lado del carrito del vendedor con los aguacates en las manos,
esperando la bolsa para guardarlos, viendo como la discusión entre los dos
vendedores se estaba poniendo ya color de hormiga.Todo por ver quién de los
dos se quedaba con mi dinero. De repente mis ojos se aterrorizaron la vendedora
cogió el cuchillo entre sus manos y apuntaba al vendedor. Diciéndole que él era
un quita-clientes, que no se la iba dejar montar porque era hombre, ya que ella
también tenía el derecho a trabajar y ganarse su vida, además le dijo que ella
había llegado primero a ese sector, así que se fuera de ahí para un sitio lejos y dejara tranquila las
cosas o sino que ella se las iba cobrar. El vendedor solo le respondió que dejara las cosas quietas , le reafirmó que él no le había quitado
ningún cliente. La culpa era de ella por querer ser una ladrona y querer
vender los aguacates más caro de lo normal.
Apenas
el vendedor le dijó ladrona ella cogió el cuchillo en su mano fuertemente y se
le acercó al hombro, insertándolo.En ese momento un señor que iba pasado se
dio cuenta y se acercó, yo de igual manera lo hice.Cuando ya nos acercamos
salía del hombro del vendedor un montón de sangre que corría rápidamente por el
suelo, la vendedora no decía nada.Se quedó de una sola pieza , su rostro revelaba una palidez de nerviosismo.Mientras el señor que transitaba por ahí
en cambio si habló directamente a la ambulancia. La aglomeración de
personas no se hizo esperar y alrededor de los dos carros de aguacates se hizo un
círculo más o menos de unas 15 personas, todos preguntaban. ¿Qué ha
sucedido? , pero como la vendedora no habló , me miraron a mí .Así que yo dijé lo sucedido, al escucharmé el señor que llamó la ambulancia, me dijó:- Usted no se puede ir , tiene que servir de testigo, pero yo solo pensaba en los aguacates y en
el almuerzo de mi mamá.
Pasaron
algunos minutos, llegaron la ambulancia y la policía. A la vendedora, al señor
que iba caminado por el lugar y a mí nos hicieron subir a la patrulla de la
policía para declarar. Cuando llegamos a dar la versión no hubo necesidad de
escuchar la mía , ya que la vendedora contó todo tal cual sucedió. Se declaró culpable de atentar contra la vida del otro vendedor, pero en su defensa dijo
que tenía que darse su lugar como fuera , porque en efecto el vendedor le había quitado un cliente y eso en la cultura de las
ventas es como si se hubiese metido con la mamá o con un hijo, después de esto
el comisario me dijo: - ¿Es cierto todo lo que ella habló? yo le respondí: -es cierto todo, fue como si el vendedor se
hubiese metido con la mamá y le quitó el cliente a ella. Por otro lado nunca
supe la suerte del vendedor, pero la mía no fue buena, porque no pude llevar
aguacates y ¨almuerzo de domingo sin aguacate no es almuerzo¨.
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